Greenpeace robó la estatua de cera de Macron y la usó para protestar frente a la embajada rusa en París

Un grupo de activistas de Greenpeace Francia llevó a cabo una insólita protesta al robar la estatua de cera del presidente Emmanuel Macron del museo Grévin de París. El objetivo: denunciar lo que consideran una política ambigua del mandatario frente a la guerra entre Rusia y Ucrania.
La figura fue sustraída del emblemático museo en una operación cuidadosamente planeada y luego colocada frente a la embajada de Rusia, acompañada por una pancarta que decía: “Ucrania se quema, el negocio continúa”. La acción apuntó directamente contra las exportaciones de gas y fertilizantes rusos a Europa, particularmente a Francia.
Una operación planificada al detalle
El robo ocurrió durante la mañana del lunes, cuando dos mujeres y un hombre ingresaron al museo haciéndose pasar por turistas. Según el personal del Grévin, los activistas se cambiaron de ropa para parecer empleados, distrajeron al personal de seguridad y sustrajeron la estatua por una salida de emergencia, envuelta en una manta.
“Habían hecho una investigación muy precisa”, explicó una vocera del museo a la agencia AFP. La escultura, valuada en unos 45.670 dólares, fue retirada sin causar daños. Minutos después del hecho, Greenpeace se comunicó con el museo para garantizar que la obra sería devuelta intacta, aclarando que la acción tenía fines simbólicos y de protesta.
La denuncia: vínculos económicos con Rusia
Jean-François Julliard, director de Greenpeace Francia, acusó a Macron de sostener un “doble discurso” al apoyar públicamente a Ucrania mientras empresas francesas continúan comerciando con Rusia. Según la organización, Francia fue en 2025 el principal importador europeo de gas natural licuado (GNL) ruso, generando ingresos por más de 3.000 millones de euros para empresas rusas.
Además, Greenpeace denunció que las importaciones de fertilizantes rusos aumentaron un 80% entre 2021 y 2023. Esto habría favorecido a grandes compañías energéticas como TotalEnergies, señalada por contribuir indirectamente al financiamiento de la guerra y al calentamiento global.
Antecedentes y repercusiones
No es la primera vez que el museo Grévin sufre el robo de una figura presidencial. En 1983, la estatua de Jacques Chirac apareció días más tarde en un zoológico parisino. En esta ocasión, Greenpeace sostuvo que Macron “no merece ser expuesto” en un lugar de prestigio mientras no corte los lazos comerciales con el Kremlin ni impulse una verdadera transición ecológica en Europa.
El acto de protesta fue difundido por la propia organización en redes sociales, incluyendo imágenes del traslado y emplazamiento de la figura frente a la embajada.
Por ahora, el museo no radicó una denuncia penal, aunque fuentes cercanas aseguran que se evalúan medidas legales. La estatua, en tanto, sería devuelta en las próximas horas.